teresa ternavasio

DOLORES, LA DE LA PLAZA

DOLORES, LA DE LA PLAZA

 

La imagina contoneando,  con su dulce desenfado,

Invitando a los mozos, a un disfrute soñado

Y sufre porque la piensa, ¡si él la hizo mujer!

Pero el destino le dijo, lo que no podía ser

 

Las luces no tienen brillo, la flor perdió el color

Camina triste en la noche, solo sintiendo dolor

¿Es que acaso no recuerda, las caricias obsequiadas,

Los brazos que la envolvían, como a niña desolada?

 

Donde quedaron los sueños y las promesas selladas

¿Se las llevó el silencio, de las palabras calladas?

Dolores, la de la plaza, preguntan entusiasmados

El que tiene muchos años y el que no ha comenzado

 

Asisten a un banquete de lujuria y desazón

Quien lo sirve es la dueña de su pobre corazón

La busca y quiera verla, junto a su boca tenerla

¡Aunque deba  pagar, como si fuera una perla!

 

“¡Ay  mi niña! ¿qué me has hecho?, hasta he dejado mi hombría”

Murmura, mientras sigila, por  esas calles sombrías

Bebe el vino, que lo calme, aunque turbe sus sentidos

Sabiendo que su Dolores, para él ya se ha perdido