DOLORES, LA DE LA PLAZA
La imagina contoneando, con su dulce desenfado,
Invitando a los mozos, a un disfrute soñado
Y sufre porque la piensa, ¡si él la hizo mujer!
Pero el destino le dijo, lo que no podía ser
Las luces no tienen brillo, la flor perdió el color
Camina triste en la noche, solo sintiendo dolor
¿Es que acaso no recuerda, las caricias obsequiadas,
Los brazos que la envolvían, como a niña desolada?
Donde quedaron los sueños y las promesas selladas
¿Se las llevó el silencio, de las palabras calladas?
Dolores, la de la plaza, preguntan entusiasmados
El que tiene muchos años y el que no ha comenzado
Asisten a un banquete de lujuria y desazón
Quien lo sirve es la dueña de su pobre corazón
La busca y quiera verla, junto a su boca tenerla
¡Aunque deba pagar, como si fuera una perla!
“¡Ay mi niña! ¿qué me has hecho?, hasta he dejado mi hombría”
Murmura, mientras sigila, por esas calles sombrías
Bebe el vino, que lo calme, aunque turbe sus sentidos
Sabiendo que su Dolores, para él ya se ha perdido