En tono harto irritante, la cotorra,
se burlaba del búho por su imagen;
—menuda pinta tienes gordinflón,
tus ojos son auténticos fanales.
De qué sirve tenerlos tan enormes
si solo por la noche son notables,
en cambio yo los tengo chiquititos
son la envidia de muchas otras aves.
La lengua la mantienes escondida
quizá sea también igual de grande,
en cambio yo la saco de mi pico
no tengo la costumbre de callarme.—
—Soy fuerte, dijo el búho con dulzura
y desdeño prudente tus detalles,
a pesar que me veas diferente
mis ojos y mi lengua son sagaces.
Deja pues de reírte de mi aspecto
que tienes mala fama bien lo sabes,
no me ofendes cotorra presumida
se lenguaraz es propio de cobardes.—