De mi amor al rencor hay…
Nuestros marzos,
nuestros junios,
aquellos 22,
ese violín cimbrando,
un puerto solitario,
una canción azul,
una paloma ajena,
mi franqueza,
otras bocas y los kilómetros de siempre.
Quimeras… sólo eso,
que ya no siembro
y mi pésima escritura porque,
¿no me inspiras nada?
Te pienso…
¡que lastima!
El papel y lápiz ahora son indiferentes.
¿Me zafé?
Ni yo sé
Para Luis Alberto Téllez Díaz.