...corazones no sabemos.
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La fachada es impecable
sin poder verse el corazón,
el pensamiento es razonable
mas no sabemos la intención.
Rostros cruzando el camino...
buenos todos parecen ser,
mas lo que hay tras bambalinas
nadie lo podemos ver.
Muy adentro las envidias
corroen el alma del ser,
considéranse bien ubicados,
y la verdad no la pueden ver.
Los rencores se descubren,
ni imaginan cómo es,
cuando caen presa de males
no se explican el por qué.
Cuántos son los ambiciosos,
acaparan cuanto cae;
otros son tan deshonestos,
maestros del mal actuar.
Los rudos, beligerantes,
no los puedes ni mirar,
sale el golpe de su entraña,
la insensatez no tiene par.
Seres llenos de prejuicios
juzgan siempre a los demás,
otros anchos de arrogancia
ya ni el saludo te dan.
Sutil manipulación
que se deja entrever,
tras la dádiva o el favor
ya te quieren someter.
Perspicaz soborno anticipado...
y cuando escuches petición,
habiendo sido bien calculado,
no podrías decir que no.
Pobres entes tan mundanos,
ignorantes de su mal,
de actitudes tan nefastas
nos podamos liberar.
Dolor hay que no se avanza
en lo humano esencial,
claro habita allí esa ausencia
de pureza en el actuar.
En la escuela de la vida
alguien logra trascender,
el que deja atrás envidias
o avaricias del tener.