Cuervo4141

MURIÓ EN EL TIEMPO

Murió en el tiempo

 Agonizó en las sombras de las noches,
 desnudó ríos entre los lagrímales de sus pesares;
 cauterizó heridas en el fuego de su penitencia,
 ahogó silencios entre abismos de penumbras.

 Imaginó paraísos de tristeza y forjó mundos de espinas que lacerarán las torturas de sus penitencias; látigo sus recuerdos en la cadena de espinas en el cáliz de la mentira.

 Dibujó imágenes de sal perpetúa, que se aferrarán al sodoma y gomorra de un sendero de locuras.

 Resucitó la voz de sus calvarios entre vestidos blancos de un suspiro imaginario en el cementerio de los espectros.

 Acumuló desiertos en el gris atardecer de sus otoños en invierno y camino leguas de ignorancia en el oscuro andar de la fantasía que se disfrazaba de soledad.

 Anegó mares, respiró humo, alejó primaveras, rompió silencios y vagó entre fantasmas en un mundo sin compasión y debilidad.

 Hoy solo se pierde entre los ecos de las cavernas prehistóricas que inundan sus noches de almas en pena, rezando en la esclavitud de un consuelo aferrado a la hipocresía de la indiferencia.

 Y se arrastra en la tierra como serpiente la penitencia eterna de sus estigmas atados al impuro pensamiento de la agónica medusa de las epopeyas.

 ¡Pereció la vida, se recibió la muerte entre ramos de excremento y putrefacción intentando un solo día de esperanza y fe!

 ¡Pereció entre el olvido y la indiferencia!

 Hoy ya no hay recuerdos!
 Ya no hay paz solo el dolo de la imperfección y la mutilación de las grises primaveras envueltas en los pensamientos de un eterno invierno que se abraza a la tumba olvidada de un silencio de ultratumba, mordiendo la mordaza eterna de una momia sin alma.

 ¡Lloró la noche y se perdió la luna!