Miradas trenzadas
desde ocasos hasta anocheceres,
entre arcos de aureola
trascienden las retinas en el brillo del amor,
me alienta, me deja inmóvil el iris de tus cristales.
Miradas enredadas
del naciente sigilo y agitado apasionar
me anudan los labios en la miel de tu idilio
mis ojos te aman, me aman tus ojos.
Miradas eternas
yacen desde un simple abrazo,
se cruzan nuestros ojos en vistas inmortales,
recita el otoño adagios de ensueño,
ebrio en tus brazos, embriagado en tus encantos.
Miradas luminosas
como el sol obstinado en su resplandor,
nuestros ojos iridiscentes
precipitados a iluminar la oscuridad,
en la noche ha muerto la oscuridad,
en el amanecer soy tu hilandero de ilusiones.
Miradas florecidas
desde el invierno hasta el verano,
tus espejos acarician la primavera,
ahora el llanto de la soledad es evanescente,
me tienes aquí, inmerso en tus sienes,
te llevo en mi recuerdo como insignia de alegría,
y sonríen tus días en un jubilo de amor.