Marc Tellez Gonzalez

InspiraciĆ³n.

 

 

Eres mi motivo de inspiración, como la rama que alberga vida, tan imperfecta, retorcida, áspera que extiende sus brazos en todas direcciones sin una línea definida ni marcada.


¿Que sería de ella si fuera recta y perfecta?


¿Que seria si le cambiara un poco de alguna manera?


No sería bella ni deseada por los paisajes perdidos en el sureste infinito; y pienso, que si tus hojas perdieran el verde que las adorna y da brilló, me sentiría inerte, vacío, atolondrado, perplejo y perdido sin un motivo que pinta ese color en el alma de aquellos lirios.


Caracolillo de frágil concha, de andar lento y sumiso, ronda tu inmensidad en el nocturno que arrulla el silencio que hoy te extraña.


Es de pensarse que sin un sentido se da de la nada con el correr de los tiempos, el fruto maravilloso donde su dulzura ha de desvordarsé en trementina, como se desborda tu alma dentro tus ojos, como se desborda la ceniza de los volcanes agitados por lo ardiente de sus entrañas.


¡Amor lírico, vástago único de la naturaleza!


¿Como es que te abrigas en tu cáscara de terciopelo?


Sabor de primavera, sabor de tantos latidos inquietos por la vida.


Así te pienso, así te siento; como las ramas que alberga nidos de amores chiquitos, como las ramas que acaricia el viento deseosas por humedad, como los besos de las montañas cuando tocan los cielos, en sus nubes de algodón, como la lluvia que refresca el verano, sediento y todo empapa, y todo enverdece, todo se embellece; porque la vida canta por tu existencia.


Inspiración que nutre mis palabras cuando de ti hablo, pienso y suspiro.


¿Que sería?


¡Sí de tu amor vivo!

 


Marc Téllez González.