La tarde permanece fría. Es abril,
tras mi ventana asoman nubarrones,
la luz se esconde detrás de gotas mil
jugando al escondite. Los sermones
de las iglesias pías, de pasiones
repletas, hablan de un ser muerto en la cruz,
sombras en procesiones recoletas,
Jesús de Nazareth, de anacoretas,
de fieles, de crueldad y de traiciones,
de hombres de poca fe ni rectitud
culpa de las humanas sinrazones.
Es viernes de dolor y de emociones.
Cierro el visillo, sólo miro al trasluz.
Un momento bastó y se escondió la luz,
ya sólo se escuchan lamentaciones.