“Necrópolis” es mi sentencia:
Aves negras, esqueletos de gomorresina,
sal derramada sobre el altar
de un antiguo amor…
La ola invernal rompe los artificios
y digo “MUERTE”
por las esquinas de mi indolencia.
Cuánto dolor acompaña al vagabundo
que divulgó “La Verdad” de las cosas;
un niño pide pan en Oriente
y en Occidente hay golpes de ira;
no me busquéis
si el padecimiento aprieta
y la angustia se os presenta
como moneda de cambio.
Mi sentencia va conmigo,
me acompaña la flagelación
y la desidia…