¿Qué ciega pasión me ha traído daños?
¿Adónde fueron, di, los desvaríos,
que el adentro los tuvo como míos,
teniendo como propios los engaños?
Oh edad mía, que tuvo desengaños
por donde iban los juveniles bríos,
al igual que va el curso de los ríos...,
ya te has ido, no volverán los años.
No volveré a disfrutar de las flores
ni tornaré a tener atardecer,
que hacíame brotar melancolía.
Del ayer no me quedan los amores,
tampoco me queda ya el florecer
de labios que besaban ardentía...
(salvador)