Y dijiste que me amabas
Que estarías a mi lado eternamente
Que serías para mí la bonanza
Frente al embate de la cruel tormenta
Que serías agua límpida y fresca
Cuando ardiera y desfalleciera de sed….
Que sonarían tus palabras en mis oídos
Como las tiernas y gimientes notas del violín
Y que bailarías conmigo con frenesí,
con candidez, lujurioso, bullicioso,
Como el río cuando corre al galope
A lanzarse tumultuoso en la cascada…
Sí… lo dijiste …y yo creí…
Y dijiste que jurabas amor eterno
Que sería para siempre tu mujer
La que llenaría cada espacio
De los ámbitos de tu alma
La que te alborotaba
y enfebrecido hacía erupcionar
tus pasiones, tus ansias
y después del torbellino ser tu calma
La fiera en la alcoba y tu dama
Y así te lo di todo, te entregué mi ser…
Y dices que me amas más te alejas.
Y como en estampida cual gacela
Ya no tienes ganas de beber
De mi fuente del amor y del placer
dijiste que me amabas
que por mí todo dejabas
Sí… lo dijiste …y te creí…
Carmen Lidia Feliciano Flores
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