Es una noche tan estrellada,
La luna esta tan brillante
Que opaca a las luces del pueblo.
Y es tan notoria
Su devastadora ausencia,
Que creo volveré a delirar con sus ojos,
Esos ojos tan bellos,
Que juegan a las escondidas
Entre esas copas de los árboles.
La noche finalmente llega a su apogeo
Y vuelvo a mi rutina de insomnios,
Y en un instante parpadeo
Y al mirar el techo de mi alcoba,
Veo su rostro grabado.
¡Estoy perdiendo la cabeza!
La pierdo en la desesperación
De saber que solo apareces
Y desapareces a tú antojo.
Vuelves a mi vida
Con esos tentadores labios,
Y yo me quedó con el deseo de tocarlos,
Mientras tú desapareces
Dejando tu sonrisa murmurada
En el retrato de mis insomnios.