En noche de silencio y luna
los recuerdos se hacen agrios,
las huellas del ayer son rastros
que se encallecen y subyugan.
Cuando tu presencia es ignota
y el silencio es voz evasiva,
pueden ser genuinas mis coplas
lucidas con amor o inquina.
Esta estraña manera de recuerdo,
entrecruzando el tiempo de los hechos,
pero el edulcorante de tus besos
saturando está mis labios yertos.
Las caricias que alenté,
despierta la piel mantienen,
el consuelo de mi sed
es evocación perenne,
que trata de llenar
tantas horas de ausencia,
si desboca la ansiedad
sin ardor en las venas.
En el recuerdo, sutil encaja
el sabor de cuerpos sin alianza,
el vacío que ahoga mi alma
lo colma el amor que en ella guarda.