Las flores podrán desvanecerse en un solo suspiro,
mas las fragantes dichas permanecen en tu corazón.
Una lágrima podrá ser derramada de tu ojo en duelo,
mas bien podrá el justo sol secar tus penas antes de separarnos.
Sueños fugaces van y vienen a lo largo de tu vereda.
De ti, un brillo precioso la luna guarda.
¡Una alegría de amor que arriba sin demora
has de dar, ver y oír cada día!
¡Ven de nuevo! Dulce amor con pulso de fuego,
Despierta ahora que la noche es pura en su silencio
y proclama nuestro justo deseo
de hacer brotar la vida sobre la hierba.
JAIRO DE LA CRUZ
3 DE MARZO DE 2015