Una botella y la Luna, mudos testigos
de mi cansino deambular mundano,
solo ellos comprenden y consuelan.
aquel oscuro vacío que se va formando,
aquellas grandes nubes grises,
lluvia en mi rostro que corre sin parar
como un gran río fuera de su cause,
mientras miro suplicando al cielo
buscando a mi incondicional amiga Luna,
un trago más de mi querida botella,
la lluvia se agita como árbol de otoño,
el viento sopla, corre con intensidad
pero no es capaz de llevarse consigo
este insolente y profundo sentimiento,
que ni recuerdo en que momento llegó
¿Como es que echo raíces profundas?
¿Por qué me acompaña a todos lados?
¿Donde quedo mi sonrisa?
¿Por qué solo me acompaña esta botella?
No entiendo, perdí la noción del tiempo,
cuando me vengo a dar cuenta, mi alma,
¡Si! Mi alma, mi alma querida esta vacía,
me ha dejado abandonado, se alejó
como si tuviera miedo de contagiarse
como si mi enfermedad fuera incurable,
atrás quedaron aquellos veranos soleados
con sus campos llenos de hermosas flores,
atrás quedo la sonrisa de la Primavera,
aquellos días luminosos y alegres,
hoy solo me acompaña una botella,
mientras busco en las alturas a la Luna
que con profunda tristeza observa
como mi rostro se moja de nuevo,
con gotas brotadas de mis nebulosos ojos.