No son las huellas que vas dejando al pisar el camino,
ni las estelas que se reflejan en las corrientes del río,
no hay un camino a seguir sin un pasado detrás
ni vertientes que impidan que el agua llegue al mar,
hay un camino escondido esperando por despertar;
unos lo llaman destino otros lo llaman casualidad,
surge como los alisios, siempre sopla con suavidad,
y arrastra el agua del río hacia el mar por descansar,
o surge como esa cascada que enfurecida y brava
pretende borrar las huellas que la vida nos graba;
es un cruce de caminos con una dirección por tomar,
será a izquierda o derecha será adelante o hacia atrás,
hay un barco esperando en el muelle de mi destino
para soltar velas al viento y emprender nuevos caminos,
es un velero precioso, robusto, impaciente por navegar,
tiene en la popa grabado su nombre...; el se llama:
¡LIBERTAD!.
SSM.
12-04-2015.