QUIEN FUERA
Quien fuera el mar para poner
tus dudas a navegar, en verdad!
Y en sus olas dejar cada una
de ellas escapar.
Quien tuviera a Dios como cómplice,
para sobrepasar los vórtices, del tiempo
y no decir adiós viviendo una
eternidad contento
Quien pudiera recuperar la inocencia
de chiquillo.
Perdida luego de tantos otoños.
Y ser más tierno, menos impaciente;
más consciente: de lo sencillo como
de pequeño.
Quien fuera el silencio, para escuchar
el murmullo del pensamiento; cuando
en amor estamos.
Quiero ser el vino en la uva que habita
en la parra germinada en la tierra
que orbitamos
Quien fuere ese río que va entre afluentes
pacientes; y llegar al mar sobre tus olas
al amar hasta sembrar tu vientre.
Hoy no busco tesoro, riqueza ni vanidad
Para mí tú, mi todo, y tu risa ya es
mi felicidad
Sin castillos mi princesa
Sin cielo mi luna
Sin dinero mi fortuna
Todo eso si me besas.
Quien fueras guitarra para cuando
mis dedos te toquen los sonidos
evoquen sensaciones y sus arpegios
nos sean acordes.
Quien pudiera hacerle un baipás
a la distancia.
Y poder sentir de tu cuerpo
su fragancia.
Porque quien no te hecha de
menos al estar te echara de menos
al marchar.
Quien fuera azúcar de caña
y en aquella molienda convertirme en
un terroncito que dulcifique, tu cafecito
Y emprendas el día con ganas.
todas las mañanas.
Quien fuera la lencería ajustada a
tu cuerpecito y así estar pegadito
todo el día en aquella cintura encantada.
Me siento el único dueño, de los besos
que exporta tu boca al besar.
y como en lactancia un niño pequeño
dormir en tu pecho me provocan descansar.
Quien fuera el color de la primavera
quien ve mudar por doquier matices
en los árboles ya grises
Ya no busco poesía; en la mañana
amanezco con ella al despertarme.
Me consiente la armonía de saberme;
amado por la filosofía y el pragmatismo
de tus besos, que en compás con
mis versos; asimilan el cantar de
aquel jilguero en día naciente.