Caminos largos se detienen al sentido de la profundidad de las experiencias temidas y angustiosas de nuestro ser, procesos que paralizan el corazón y agilizan el pensamiento; sin permitir ningún sentir, entre espada y pared estaba detenida en cada proceso de vida, por mi mente motivos sin razón y argumentos con razón viajaban agitándose al ritmo de las olas del mar; esas eran las razones que no me permitían vivir el ahora, y de ese modo me hacían andar de prisa detrás de un reloj que no podía detener, porque el RELOJ avanza según su sonar y en medio de su TIC TAC me mostraba que de ese modo debía seguir mi vida, viviendo cada tic tac de vida sin quererme adelantar al futuro; ni querer retroceder al pasado; me brindo sus números para aprender a contar el pasado; y aprender que de él solo debo recoger lo extraordinario, y de lo malo acobijarlo a lo bueno pero dejándolo siempre atrás sin arrastrarlo a mi presente, y que la secuencia de derecha a izquierda era el transcurrir y el viaje que realizaría mi presente y de ese modo; cedió sus agujas para acobijarme en cada estación donde se detiene para enseñarme el divino gozo de su tiempo, su sonido para sentir la delicia del presente y el aroma que mi pureza necesitaba.
Pidiéndome que escuchara a mi corazón que exigía vivir y sentir sin temor a las consecuencias del futuro; que suplicaba con nostalgia que no lo aislara por el pensamiento ni el mismo tiempo, porque ella solo quería hacerme sentir todo lo que el arma de mi cuerpo ya estaba preparado para vivir y moverse sin detenerse hasta que el así lo deseara.