de la mesa de mi abuela.
Es raro recordar más el objeto
que el sujeto que la poseyera,
pero al chico de cinco años que yo era,
le parecia mas cercana esa madera.
Apenas recuerdo la cocina,
pero clara tengo a esta mesa,
de un color verde raro creo era,
esmeralda claro, o mate, asi era.
Y curioso ahora me parece,
evoco a esta mesa con sabores:
el sabor del arrollado ese,
servido junto al estofado.
A tantos años ya que la conociera;
el niño ya tiene treinta y largos,
no está la abuela, no está la mesa.
Quedaron ambas en el pasado.
La vida quizo, (quiere la vida?)
llevarse a mi abuela, pero
la mesa quedó en otras manos;
en mi recuerdo quedaron ambas
la abuela sirviendo la mesa,
en esa mesa color verde raro.