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DE LA FUENTE DE SUS OJOS...

(I)

Se perfilaba 

su figura esbelta...

entre trémulas miradas,

y exquisitas sombras muertas.

 

Pálidos

de rosa anacarada... 

volaban mis deseos,

escanciándose brevemente

en la exquisitez de su alma,

 

y de la fuente

sin gladiolos...

volaban entristecidos

y en sus pesares,

 

la belleza de sus ojos.

 

 

(II)

De cristal...

sus azahares despechados,

 

y melancólicamente

abandonados...

y en la timidez

de la tarde,

 

la belleza de sus ojos.