Ha de ser la muerte, la falta de aire
en esta capa balsámica de oscuridad,
un dolor de ojos tras un día muy soleado,
que te empuja a dormir a cielo cerrado.
Ha de ser la muerte ,un ombligo con corola
donde posarse, puede, la lengua amariposada,
un sueño lila que dentellea en los parpados
y que te condena a un tal vez, al acaso…al ocaso.
Antonia Ceada Acevedo