Anahilda Garcia

Amor viejo

AMOR VIEJO

 

No quiero madurar nuestro amor.

No quiero que se ponga viejo con los años,

una amor que empezó con ilusiones

y con un corazón sin desengaños.

 

No quiero que se ponga viejo y triste,

sin saber de qué hablar cuando esté cansado,

sentarnos muy juntos en la vieja hamaca

y hablar como jóvenes enamorados.

 

Un amor que recuerde sus historias

de viajes, de placeres y de música,

la que juntos bailábamos felices

y nos besábamos como noche última.

 

No quiero que este amor se nos marchite.

Quiero que siga como un fuego de volcanes,

que encienda por las noches su gran llama

y en las mañanas felices despertarnos.

 

Anahilda García