Pobre ingenua,
que creía en el pasado.
Crédula,
lo único que tenía mil poemas escritos en un libro.
Caminó sobre la vida,
buscando a alguien perdido,
para llenarlo de sueños e ilusiones
y sólo quedo mucho llanto.
Pero ella,
siempre sonreía,
para que florezca las flores,
que en la vida van quedando.
Pero ella,
que gris se sentía.