Enrique Ouroboros

Enigma del hermético

Burlona mi sombra me habla

molesta mi paz con deseos de brisa,

endulza mi oído con promesas...

logro discernir algo de mentira

profetiza el nacimiento de una tempestad

el cambio de la corriente del río, una musa

 

Dibuja su llegada en mis córneas

y el despertar seduce a su amante,

la optofobia con vino y sábanas de seda

para amarse bajo los párpados

espiándolos con recelo la tragedia;

se me antoja a un beso de sílfide

 

Hermético me llama mi sombra

mientras carcajea en un mar blanco

como si tratase de portar hipócrita,

no hay barrera rival a esta guerra

tumbará mis cartas, me quiebra

con sólo una silueta, de una diosa

 

Otra noche más sin esa diosa tropical;

embriagado del vino de mis sueños

escucho su voz sucinta y angelical,

una opereta fresca sobre su cuerpo

y sus ojos encendidos con llamas, atisban

atraviesan como dagas mi corazón oscuro

 

Siento tan cerca el sabor de sus labios

tal vez esta noche se pueda encarnar,

la perfección que beso en mis sueños,

la que provoca mi odio hacia el despertar,

la que en el ocio ocupa mi pensamiento,

la que sobre el nihilismo me hace escapar...

 

Aún desconozco su nombre 

pero estoy seguro de saber su melodía

suena como el final del miedo

la puerta al cielo y su escalera,

la llave de la prisión del pasado,

suena como los pasos de la felicidad,

suena como el himno de los sabios...