El tiempo pasa volando
cuando sé que estoy contigo.
Tus ojos café gritando
y el silencio infinito
fueron el mejor insomnio
que jamás haya sentido
y la luz que alumbra fuerte
cada paso del camino.
Para lo bueno y lo malo,
y por el mismo camino.
Da igual si fue casualidad
o si fue plan del destino,
sé que es mejor lo real
que lo que yo me imagino.
Sigo escribiendo la historia
en un papel cristalino.
Yo hecha de sueños,
tú divino torbellino.