Las páginas quedaron en blanco,
dos seres que se amaron,
narraban lo que buscaban
a cambio de nada.
Sus ilusiones, sus sentimientos
querían ser eternas.
El tiempo pasaba con lentitud
pero solo traía lágrimas.
Una flor que quería retoñar
se marchitaba en el alma,
quería vida, vivir, pero esta se iba.
A lo lejos un ruiseñor la veía,
sintiéndose muy triste
se acercó y suspiro,
¡eres tan bella!
y ella dijo: que pronto moriría.
La flor le pregunta,
¿por qué me encuentras recién?
¡cuándo es demasiado tarde!
Ya no tenemos tiempo para el amor,
solo déjame morir en tus alas
Y así la flor quedo,
abrazada
en un sueño de amor eterno.