Alvaro Maestre

Y Yo Que Quería Besarla

Dama deslumbrante presentó se aquel momento
sola… saludó a quienes conocía y a quienes no,
dejó en nosotros por cortesía un saludo lejano
que a varios nos dolió y seguro más por dentro.
Mientras habló su inolvidable voz cual navaja re marcaba
la yugular, la aorta, el corazón y todo mi interior
sentía no poder tocarla e interno sollozaba.

 

Yo admiraba su belleza, apenas disimulaba
y lo que amigos me decían, tan solo les oía
como un sonido para canes, porque no les escuchaba.
Mi vista seguía sus pasos y su contorno dibujaba…
de arriba hacia abajo, de abajo hacia arriba,
ni yo mismo me di cuenta de que al observar sus labios
mi necia u obstinada vista, de terca se congelaba.

 

Y yo que quería besarla…
y ella, para sus destinatarios sonreía,
les prestaba atención, mientras a mi, ni me miraba.

 

Sus almendrados ojos encendían más su belleza,
su color impresionante como prismas imponentes
secuestraban a los míos que sedientos se expresaban.

 

Y yo que quería besarla…
soldar los surcos de mis labios a los de ella
en un tiempo que se volviese loco de indeterminado
que nos regalara a ambos soledad y un poco más
de su producto para la pasión y el placer… exagerado.

 

Luego se fue… pidió llevarse su copa de champan en la mano,
quién podría negarle algo a inigualable mujer
que se retiró hasta su coche sin ni siquiera saber
que alguien quedó con ganas de conocerla, de enamorarla
que grabó en su mente su imagen bendita…sus labios…
y yo… que quería besarla…

 

A.Maestre