Mi obsesión es siempre el tiempo,
el tiempo ido,
el que no está,
el que se queda impreso en la mirada,
pero ausente... como tú.
Ese que dejé ir
como agua entre los dedos,
siempre irrecuperable,
el que miro con tristeza,
porque no lo supe aprovechar,
sin arrepentimiento,
pero con nostalgia,
así lo miro... como a ti.
Lo busco en este laberinto,
equidistante al pensamiento,
mirándome de soslayo,
con una sonrisa triste,
deseando ser otro tiempo,
presente, futuro,
siempre, hoy, mañana.
Así lo busco... como a ti.
Ese tiempo que se esconde
tras una mirada reflexiva,
entre nubes de palabras,
tras miles de rostros conocidos,
entre malas intenciones disfrazadas de inocencia.
Así se esconde... como tú.