El ajedréz de este amor debo jugarlo como los campeones
por eso renuncio ahora mismo a todos mis peones.
Si lo llego a perder es de tontos seniles
se fueron en un dos por tres mis dos alfiles.
Ella me gusta demasiado y quiero ser su vasallo
partieron a perderse mi par de caballos.
Si ella intenta escapar mi próxima jugada es corre
definitivamente me quedo sin las dos torres.
Con mi ejército diezmado ella ahora si que se peina
y está por engullirme la reina.
No me queda más que el rey
y ella al parecer ya no tiene ni ley.
Y sin derecho a pataleo me arroja al suelo
luego me desnuda
acto seguido gozo con los flagelos
de su lengua cruda.
A continuación mi espada puntiaguda se introduce en su velo
y media hora más tarde los dos llegamos al mismo tiempo al mismísimo cielo.
Finalmente hacemos tablas
declarando empate la contienda.
Ahora la estoy escuchando mientras habla
de jugar de nuevo pero sin riendas.
Me encanta como juega mi reina al ajedrez
apostando siempre el doble cada vez.