Un poema de amistad a tantas grandes amigas
Las hermosas poetisas que hoy no quiero nombrar;
Deberán adivinar si están por allí escondidas
Tras pedazos de su vida que nos suelen regalar;
Una vive su verdad, siempre mirando hacia el cielo,
Siempre adherida a un anhelo que jamás olvidará;
Otra, esa sensual señora llena de fuertes pasiones,
Va rompiendo corazones, aunque a veces también llora;
Otra honesta y muy sincera, que se muestra muy cabal,
Es esa amiga ideal que siempre estará dispuesta;
Una más es la jovial, escritora exquisita,
Que además de ser bonita tiene un alma muy sensual;
Otra un poco más lejana siempre aparece en su trono
Con elegancia y aplomo, vive en el Templo de Diana;
Otras más son como estrellas titilando por la noche
irradiando con derroche todo el amor que hay en ellas;
Son a más mis compañeras, las visitas de otra casa,
Almas, lunas, todas llamas que iluminan con sus letras;
Y mis amigos poetas, ya después escribiré:
Pues con este acabaré un tan sencillo poema…