El señor de los viajes , recorría el desierto
en su dragón de dúctil metal , un cielo de
incontables estrellas lo aompañaba , sus
apuntes actualizaba y los datos iban
señalando , unas horas de terrible dolor ,
el cual sabía que volvería a causar el
llanto de los dioses , que tanto aman ,
la bella luz de la creación .
Así en ese meditar , sobrevolando lo
desolado del ambiente , un remolino
de arena , surgió a su encuentro y en él ,
se cubría la bella princesa etérea del desierto ,
fiel guardiana de esos territorios .
Él la conocía , ambos se identificaban , ella
con su piel clara oscura , sus ojos de profundo
mirar y serenos , sus cabellos como lazos delgados ,
del color de la riqueza del subsuelo , se le movían ,
en consonancia con su flotar , sus labios formaban
un corazón , en tan bello rostro , su voz dejó escuchar ,
junto a su pensamiento al señor .
Y le decía , tú que conoces los destinos y sabes del dolor
que camina por el mundo , convence a los humanos , que ya
el tiempo se agota para ellos , sino giran su sentir hacia la luz .
Hacédlos que entren en razón y traigan a estos valles sedientos ,
los ríos abundantes que riegan sus campos , y conviertan estas
tierras en el antiguo edén , floreciente de vida , de frutos y
cultivos , de pastoreo de leche , para alimentar a los millones
que sufren de extrema pobreza y los alimentos escaséan
dolorosamente en sus mesas , las cuales ni existen
dentro de sus pertenencias .
Mi señor , decía la princesa , temo lo que ya hemos visto
y sentido en el pasado , que si no lo hacen , la madre tierra ,
tomará esas aguas , para una nueva y despertada raza humana .
El señor , con amor escuchaba y asentía con la tristeza que
expresaban sus ojos ; que tanto dolor , ya no lo soporta la madre -hogar .
Dijo el señor , se los volveré a decir , porque tú lo pides ,
y les diré que es un mensaje de tu corazón .
Y el diálogo se desvaneció , con una sonrisa ,
de profundo cariño y respeto .