La belleza se anidó en tu alma,
como la rosa en un rosal ardiente,
eres hermosa como una diosa en calma
generosa como el alma de los valientes.
Doradas espigas se desgranan,
acariciando la blancura de tu cuerpo.
el rocío de la mañana que suave se levanta
bañó con tibieza mis pensamientos.
Iluminas tu entorno cual valiosa joya,
llenando de ilusiones mi existencia
cuál diamante que con gozo se atesora,
has dado a mi vida una real vivencia.
Agradezco bendiciones, por haberte conocido,
al forjador de los destinos y la existencia,
se me concedieron al inicio de mi vida,
las llevó conmigo, permanente en la conciencia.
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F.Novoa