(Vemos en escena a un personaje
de cuarenta y cinco años.
Ella, 30 años.
Hermosa. Completamente
desnuda. Está posando.
El pintor se inspira en
su cuerpo para plasmarlo
en la tela del cuadro.)
-Trata de no mover
tanto la cabeza.
- Es que me canso...
-Unos minutos más,
y por hoy terminamos.
Ten paciencia...
-Tengo sed.
-Doy las últimas pinceladas,
y tomamos algo.
-Oh, por fin... me duele
la nuca.
-Sí, por hoy
hemos finalizado.
Espera, no te cambies
todavía.
-Estoy un poco congestionada,
y si continúo desnuda,
tengo miedo de resfriarme.
De todas maneras,
para qué debo
quedarme así,
si ya hemos terminado.
-Quiero seguir contemplándote.
-¿Desnuda? No me digas...
-Por favor, perdóname.
-Te comprendo. Pero no
esperaba me dijeses
lo que acabas de decir.
-Vuelvo a disculparme.
Puedes cambiarte, nomás...
-¿Me convidarías un café
bien caliente, por favor?
-Sí, enseguida.
Qué rápido te has cambiado.
-También fui rápida
al desnudarme.
Es parte de mi profesión
de modelo.
-Me comentaste que
ya has posado para
otros...¿recuerdo mal?
-Recuerdas bien. Sí,
he posado un par de veces.
-¿Siempre desnuda?
-Sí, siempre desnuda.
-¿Alguna vez alguno
de ellos intentó tener
una relación?
-Uno de ellos sí.
-¿Aceptaste?
-No, no acepté.
-Si yo te lo pidiese,
¿aceptarías?
-No. No aceptaría.
-¿Por qué no?
-Porque soy una modelo
decente. El aceptar me
convertiría en una
prostituta, y no lo soy.
-No he tenido la
más mínima intención
siquiera de pensarlo.
Sé qué clase de mujer eres.
-Pues entonces no me
hagas proposiciones
deshonestas.
Soy una mujer casada
y separada. Y tengo
un hijo de seis años.
-¿Está con vos?
-Sí, vive conmigo.
Su padre se lo lleva
con él cada dos semanas.
-Y el hecho de que estés
en esa situación,
¿sería imposible que
tengamos una noche
de placer vos y yo?
Te pago lo que me pidas.
-Dijiste que que no tenías
la más mínima idea
de pensarlo, pero me
estás tratando como
a una mujer fácil.
Y no lo soy.
-Nuevamente me disculpo.
Lo que pasa es que eres
tan bella, que me he
prendado de tu hermosura.
Y te deseo...
-Pues yo no te deseo.
Estoy aquí con vos
por el sencillo hecho
de que como modelo
profesional poso para que
vos me dibujes en
un retrato. Tendrás
después tu recompensa
al venderlo.
- Tienes razón. Mi cuadro
con tu retrato será
muy bien cotizado.
Tu belleza es inmensa.
Por eso es que al
tenerte durante estas
horas delante mío, así,
completamente desnuda,
mis pensamientos fueron
más allá... y te
deseo ardientemente.
-Poso desnuda para sobrevivir
y mantener a mi hijo.
No quiero que hablemos
más del tema.
Se me hace tarde.
Debo irme.
-Está bien. Aquí tienes
tu dinero.
- No es lo que habíamos
convenido. Me estás dando
de más. Estos son tuyos.
-Te los doy a cuenta
de tu próxima visita.
-No los quiero ahora...
me los entregarás
cuando vuelva a posar.
-Quisiera... quisiera
tenerte desnuda entre
mis brazos...
-¡Basta! ¡No quiero
escucharte decirme eso!
-Es que...perdóname.
Pasa que... mírame cómo estoy...
-¿Cómo tengo que
decirte que no quiero
aceptar tu propuesta?
-Respóndeme con tu
silencio, aceptándome...
te lo pido, por favor...
Te deseo tanto...
(Ella lo mira fijamente.
No dejan de mirarse.)
-Yo... te he dicho
que no quiero...
(Comienza a desvestirse,
hasta que dar completamente
desnuda)
Todos los derechos reservados del autor(Hugo Emilio Ocanto-22/07/2012)
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