La última luz de una mirada
se disipó entre la tarde
de un día que fue otro y nada:
el recuerdo viene y hace alarde.
El motivo es que besa la memoria.
Y se quiere avivar aquella historia
de besos, de ojos y de manos
que, callados, se congelan en los años
y que el tiempo, con la parca, los acaba.
FIN