Tengo la imperiosa necesidad, de amar,
Pero no la necedad, de hacerlo de cualquier manera.
Tampoco la obligación, que marca, el reloj y sus horas.
Tengo la libertad, de amar,
A las plantas,
Al mar,
Al viento,
A un ser vivo, de mi especie.
A una especie, de ser vivo.
Al aroma, que cobija mi estancia.
Al sabor, en mi boca, que deja la tierra.
A dos frases, que se abracen.
Al camarero, que me alimenta de vino.
A la estanquera, que nutre mi vicio.
A mi vieja profesora.
El olor a polvo, de mis antiguos libros.
La ropa, que me recuerda, los años de niño.
Tengo la necesidad de amar
Y de ahí, que me guste más sumar, que restar
Aunque sólo resto, cuando descuento, de tu cuerpo,
Las prendas que caen al suelo.