EL VIEJO SOÑADOR
Conservo el alma llena de grillos,
tengo canicas en los bolsillos.
(Alberto Cortez)
Primero, el Hombre de Piedra,
después, el Capitán Trueno.
Tenerlos por compañeros
de nuevo, otra vez quisiera.
Si la piel con que me abrigo
no fuese un campo de surcos,
cuando es sentir, lo que busco,
lo que de mozo he sentido.
Si la fuerza de mis manos
aún fuese desafiante,
sin temblores, arrogante.
Como en los tiempos de antaño.
Si no sintiera nostalgia
al preguntarle al espejo
y ver un rostro de viejo
con la burla en la mirada.
Si dejara de importarme
el rápido andar del tiempo,
cómo si solo el momento
consiguiera deslumbrarme.
Si el timón que se hace fuego,
estandarte y bayoneta
mantuviese con presteza
el rumbo añil de los sueños.
Si mi corazón ajado
volviese a ser aquel potro
que sobre flores y lodos
cabalgaba desbocado.
Si cerrando ventanales,
y dando la media vuelta
no viese la cara yerta
de mis hielos invernales.
Quizás entonces pudiera
reconciliar mis sentidos,
porque son esos latidos
los mismos que antes sintiera.
Mis huesos, quietos, cansados,
mas mi espíritu, andariego.
Mis años piden sosiego,
mi ilusión sigue volando.
Y, es que no se corresponde
lo que anhelan mis deseos
con la realidad que veo,
con lo que fue de aquel joven.
Y entre tanto desvarío,
pienso que vivo soñando,
y que acabo despertando
en un cuerpo que no es mío.
Solo espero que me entiendan.
Pues, cuando los años pasan,
te dejan solo en la casa.
y atrancan todas las puertas.
Viento de Levante