Musa placentera
Profundos instantes
que a mi alma doblegan
¡Asfixiándola!
en un mar de soledad…
Resucitan de lo profundo
aquellas quimeras,
las que en un tiempo
me mantenían en oscuridad…
¡Hoy!...
Juega el destino su mejor faena
cautivando mi mente y mi razonar,
un eterno lazo que me condena,
que me ata…
que me envuelve…
que me encadena…
por tan solo querer amar.
… percibo estas horas inertes
desafiantes en su andar…
Trato de esquivar
con toda mi fuerza
a esta maldita soledad;
De repente…
Llega mi musa placentera
alentando mi alicaída voluntad;
Ella es como una diosa,
¡Hermosa!
escapada de su altar…
Su presencia me reanima,
me auxilia…
me consuela…
me lleva hacia un mágico lugar,
donde se respira el preciado aire,
el preciado aire de la libertad.
(victolman)