¡Mi vida era lineal!
mi pobre poesía igual,
cual muñeco de madera
escribía y nada sentía.
A mi creador don Yepeto
muchas lágrimas se le caían
me dió la forma, no la vida
por eso a diario él sufría.
Iba soñando y escribiendo
algún soneto, alguna lira
en el afán de sentirme
escritor sólo por un día.
Pero faltaba el sentimiento
la emoción y fantasía
de crear, no sólo escribir
mi ardorosa poesía.
Pinocho así yo me sentía
pienso: tengo el corazón fuerte
y el sentir de la madera,
sólo deseo ser niño un día.
Entonces llegaste tú mi Hada
con tu varita mágica
y por amor me cambias
mi pluma, mi alma de madera.
Dando así un aire nuevo
a mi plana poesía,
que a tu lado resplandece
con la luz de cada día.
Hoy mi alma goza y es feliz,
Pinocho ya no es madera
camina, corre, canta y juega
¡ahora por fin tengo vida!
Y mi pluma se desata
en locuaz algarabía
ya puede escribir fantasía
y versar con sentimiento.
Todo gracias al puro amor
de mi amada Hada Madrina,
que con su beso sublime
me hizo por siempre renacer .
Hoy mi vida toda ha cambiado
en espíritu y en esencía
ya me siento renovado
como hombre, como poeta.
Un beso y una flor.
Alfredo Daniel López.