Yo puedo ser tu miedo o tú infalible esperanza,
tú puedes ser mi espera o mi impresionante presente,
todo es cuestión de palabras, y la vida sigue su curso
sin estar totalmente seguros de nada.
Posibilidades más, probabilidades menos,
azar que nos rodea inmaculado y puro,
no queriendo errar pecamos de ostracismo,
y así todo termina sin haber empezado.
Sólo los propósitos permanecen inalterables,
así, yo te sigo esperando y tú me sigues…
no sé, … ¿Ya me habrás olvidado?.
Al final todo termina en un oscuro silencio
de tiempo que se rompe contra el tiempo,
o todo podría empezar en una sonrisa
cómplice, en un ruidoso chocar de corazones.