ENTRE MIS ESPERANZAS
El aire golpea
suavemente la ventana.
La noche se acerca.
Perderse en la sombra
de una mirada amiga
para reencontrarse.
Se me desdibuja
por el horizonte la lluvia
entre tu imagen,
pero te mantengo bien viva
entre los dedos y en la memoria,
Un viento lentísimo
convierte el silencio
en melodía.
Por la incerteza
de muchos caminos hago vía,
tú me acompañas…
El hilo de plata
del recuerdo hace que me sienta
más solo todavía.
Vuelvo hoja al atardecer
mientras… espero que vengas.
Dócil en la tarde
se me duerme en la falda
todo tu misterio.
Desde mi certeza
del yo que nunca no me deja
te pienso desnuda y esbelta.
Se desovilla
la gran madeja de los sueños,
y trepo a las nubes.
Un olor de hierba
me hace revivir imágenes
de tu infancia.
La boca explora
todo el cuerpo por encontrarte,
el encaje perfecto…
después: Las manos y el sexo
proclamarán la vida.
Escribo por vivir
o bien al revés, tal vez
vivo para escribir…
tu nombre perfecto.
Con manos de arena
dibujo tu cuello de símbolos
que me representan.
Como un espejo azul
al horizonte de mis ojos
crecen las barcas
de tu existencia.
Está vivo el diálogo
con viejos fantasmas, paso
las horas muertas,
pensando siempre para ti.
Lo poco que tengo me acostumbro
mientras me hace compañía.
El mar tan generoso
me ha excluido de sus prodigios
y de las olas tan hermosas.
Dentro del ámbito
de claridades perdidas
soy vulnerable,
pero el hilo de la espera
y me mantiene el cuerpo tenso y erecto.
Un grito insólito
destruye el misterio
vivo del crepúsculo.
Pienso: Los días son tan cortos
porque tú me entiendes…
Extraño, admiro
como se me impelen los años…
Estás tú entre mis esperanzas.
21 de noviembre del 2014
Rafael Molero Cruz