No conocía de prosa,
No conocía de versos,
Ni de asonancia, ni rima,
Tampoco de odas o acentos.
sus sentimientos plasmaba
sin mordazas y sin cercos
las palabras ordenaba
en armonía de tiempos.
Sin estudios académicos,
no conocía los autores,
no declamó en el teatro,
ni en escuela de talentos;
trabajaba desde niño
en el pueblo o en el huerto,
realizando sus tareas
con su corazón contento;
mas su talento brotaba,
musa desde el nacimiento,
y con su letra saciaba
los corazones sedientos.
Escribía sin apuro,
y llenó varios cuadernos;
dedicando sus escritos
al amor, a Dios, al viento;
plasmó en sus versos
conflictos, alegrías y tormentos,
albas y puestas de sol,
a la luna y los luceros;
escribió del bien y el mal
que lleva el hombre en su seno,
de la familia y las gentes
con muchos sueños añejos.
No interesaba a los grandes
porque no era de abolengo,
tampoco recibió aplausos
ni de admiradores premios,
y aún así su obra perdura
se hace fuerte con el tiempo
pasando de boca en boca
entre jóvenes y viejos.
Es el poeta sin nombre,
al ser un hombre de pueblo
de humilde paso callado
y de corazón sincero.