Hoy toca mi alma tu recuerdo
y lo hace tan suavemente
que en el aire puedo percibirte
como aroma de alondra abriendo,
mis manos tiemblan al pensarte
porque recuerdan esos instantes
donde era su felicidad acariciarte.
Tu recuerdo se posa lentamente
en el apartado de momentos felices
esos que atesoro fielmente,
donde se guardan todos los matices
que dieron color a mi vida gris
y me iluminaron alegremente.
Esta noche toca mi alma tu recuerdo
y me abraza tan cálidamente,
que yo le abrazo como niño a su madre
tan inocente y fuertemente
pudiendo recibir ese cariño
tan cálida y plácidamente.
Y en ese recuerdo que me invade
dejo mil suspiros de amor desventurado,
como todas las miradas al cielo
con todo mi fervor esperanzado
de verte de nuevo en mi último aliento.
Y en este nuevo día tu recuerdo vuelve a tocarme
el alma, y lo llevo guardado en mis bolsillos
porque es el mejor amuleto que puede cuidarme
en las horas oscuras a plena luz del día.