Solamente pensar, como ahora pienso.
…Una ciudad, una tarde, una sonrisa;
ecos remotos, confundidos en la prisa.
Un pequeño saludo improvisado
en medio de un tumulto de dos,
y el silencio, que de pronto nos hirió la boca.
Dos miradas, de soslayo, como espadas de brisa,
ligeras y crepusculares, livianas,
y aquel sonido, el más hermoso, el de tu risa.
Después, ya lo sabemos, nos hundimos en
las calles, nos fuimos disolviendo tras los pasos,
ciento ochenta grados de diferencia entre
nuestras absurdas direcciones.
Y entonces…, ya lo sabemos,
jamás hubo otro entonces.
Solo eso aconteció, un encuentro efímero,
en una ciudad, una tarde, …una sonrisa.