rodulfogonzalez

AMÉRICO

 

        Tenía años que había perdido todo contacto con Américo, amigo de la lejana infancia. Pero el Día de los Muertos coincidimos en el cementerio de Irapa, a donde cada 2 de noviembre vamos, él para alumbrar la tumba de sus padres; yo para hacer lo mismo en la de la madre que ni en retrato conocí.

            El efímero contacto sirvió para intercambiar ideas filosóficas y políticas. Debo aclarar que Américo es el miembro de nuestra generación con el más alto perfil académico, pues posee hasta un PHD y, por si fuera poco, es políglota.

            Él es un científico puro y como tal cree en el evolucionismo; yo, humanista, creo en el fatalismo. Sin embargo, identificamos dos áreas de coincidencia, la investigación, él en el campo científico, mi persona en el campo cultura, y el primitivismo político del teniente coronel Chávez.