\"Nunca fue fácil asumir
que la muerte tendría un final,
que el infierno nos devolvería al cielo
y que nada volvería a iniciar.
El tren pasó cerca de tu hogar,
yo me quise tirar abajo de él
pero creí que aún no era una opción,
sólo subí para sentir el motor a mis pies.
Siempre lograste sacar lo más hermoso de mí,
es por eso que esta tarde
me bajaré en aquél jardín
para matar esa flor y regalártela a ti.
Pero tú ya no estás,
yo tampoco lo estoy,
me fui el día en que me borré
de esta estúpida ciudad
por no haberte podido olvidar.
Sentado en el árbol de aquél jardín
una ardilla me lanza una nuez,
en el fruto se refleja tu voz
que me desea lo mejor para los dos.\"
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