Mi monte no se levanta de tantas
luciérnagas que brillan y se apagan
En el calor de la noche me espantan
y en el frío del día no se cuántas
Han venido a seguirte mientras plantas
miradas de insecto que levantan
esperanza de muros que se apagan
y flores que dijeron: que bien cantas
No quiero sentarme sobre la hoguera
que calienta mis brazos y mis piernas
pero se olvida del monte y la pera
Sigo viendo unas miradas externas
miradas verdes por calles de fuera
Tiernas miradas que encienden linternas