Dos a lo lejos
mueren lentamente
del dolor de la distancia
de la soberbia comprensión
de no resignar a ya mas nada.
Dos, que de cama en cama se posan
no hacen mas que juntar llantos vacíos
en sábanas ajenas.
Dos, que se siguen amando
bajo el cruel remordimiento
hilos que atan
sus pies y sus caminos
a jugar con el destino
para que de una buena vez por todas
junten sus corazones
y formen la vida
como un rompecabezas
que aun desea armarse.