Sola ahora, pero antes rodeada de multitudes,
apoyándote por intereses, no por tus virtudes,
es que la vida es así, sus dos caras te enseña.
Nada importa que seas o no distinguida dama,
cuando desnuda eres la bella hembra que ama
o simplemente una mujer que lucha, que sueña.
Sola estás… y a la soledad quizá ni la conocías,
la vida es así, se cambian de color nuestros días
y ese cielo ayer tan azul de pronto se torna gris.
Ya ves, en soledad mucho tiempo vas pasando
y ahora parece que te vas hasta acostumbrando
y ya no recuerdas la última vez que fuiste feliz.
Sola estás… a nadie le hablas y nadie te habla,
unos por ser tan santa, otros por creerte diabla,
de cierto hay en tu entorno un silencio reinante.
No te aflijas y pon hoy en orden tus emociones,
aprende de tus caídas y entiende las lecciones,
ya está claro que no para todos eras importante.
Sola estás… y el dinero para nada remedia eso,
no es al fin y al cabo, causa única del progreso;
tampoco el dinero evita siempre alguna caída…
Tal vez de modo distinto debas empezar a verte
y asumir mejor tu soledad que no es tu muerte,
como ayer la ostentación tampoco era la vida.
Sola estás… que la soledad y tú se entiendan,
que soberbia y orgullo tan dañinos emprendan
un viaje que de ti los aleje, de ida y sin vuelta.
Tu situación de soledad es muy real, existe...
y hoy ese cambio de mujer feliz a mujer triste
es para ti sin dudas, una situación no resuelta.
Sola estás… tal vez por no valorar compañías
y creer ingenuamente que siempre reina serías
ilusionando a quien te amaba y huyendo rauda.
Muy pronto ni soplará el viento que te despeina
y es posible que para tu ego sigas siendo reina,
pero ahora ya no habrá alguien que te aplauda.
Poema original de Álvaro Márquez
Nacido en Caracas, Venezuela
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Twitter: @poreros
Publicado el 19/4/2015
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