Las estrellas volaban
sobre un mar de besos,
mis ojos de los suyos presos
ya enamorados titilaban.
Amor y magia estaban
juntos, sentíanse los pesos,
eran los primeros ingresos
que las almas se daban.
Manaba salado rocío,
dulces palabras por olear
compulsivo decíanme mío.
Febríl alegría por otear
el espejo puesto en el techo
para plasmar amor y lecho.
DESDE COLEGIALES
Quién lo pensara ¿verdad?
que después de tiempo tanto
resultaras ser ese canto
maravilloso que da felicidad.
Acostumbrados a soledad
estábamos, lejos del llanto
que otrora causare espanto,
y el corazón sin enfermedad.
Pues desde imberbes colegiales
sabíamos quienes eramos
pero no que nos encontraríamos
para vivir momentos geniales
caminando el mismo camino,
construyendo nuestro destino.
A MAIZ:
ALIMENTO DE MI SER.