Cecilio Navarro

La constancia tiene premio. (Fábula)

Tras constante correteo

por las calles de su pueblo,

tal como era de esperar,

encontró el chucho, un buen hueso.

 

Un hueso gordo y relleno

brillante como un lucero,

para un can agradecido

es un regalo del cielo.

Porque su olfato no engaña

se trata de un hueso viejo,

con ese olor tan añejo

y el sabor particular

de haber hervido en puchero.

 

Se lo encuentra  desafiante

algo chulo y muy retieso

como queriendo decirle

aquí estoy yo, porque quiero,

soy duro como el cristal

y podrás, si yo te dejo.

 

Pero no se desanima

y mirándolo en silencio

le dice por lo bajito:

-Tú eres duro como el hierro

nunca te lo negaré

de acuerdo estamos en eso,

pero tengo una virtud

que no me miro en esfuerzo,

me sobra la voluntad

de conseguir lo propuesto

y nada escatimaré,

ni ganas, ni fe, ni tiempo.  

 

Gran virtud tener constancia

quien un deseo persigue,

pues es con perseverancia

cuando todo se consigue.

 

Y que no le falte a eso,

paciencia, salud, y acierto.

 

 

Cecilio Navarro  19/04/2015

 Derechos de autor reservados